
Batista llamó a “no mirar para otro lado” ante la adicción porque campañas y controles no alcanzan
La edil Carolina Batista (340 “Vamos por Más” -Partido Nacional) se refirió al consumo problemático de sustancias en la sesión de este martes 22 de julio de la Junta Departamental de Maldonado.
Lo calificó como “un tema tan sensible que basta con salir a la calle para darnos cuenta de que seguramente alguien lo está padeciendo en este instante”.
Señaló que mientras “un ciudadano se ve intimidado por una persona con consumo, una madre llora en silencio porque la pasta base se llevó a su hijo, una esposa sucumbe ante la sospecha de que algo no está bien porque la plata de la casa desaparece o un niño llora el abandono de una madre que se perdió en las drogas”.
Afirmó que “no es ficción” y que de no atenderse “tarde o temprano lo terminaremos padeciendo todos de forma directa, porque ya nadie se salva por lo menos de forma indirecta”.
Definió las adicciones como una enfermedad neurológica y de salud mental.
Aseveró que la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último informe sobre Uruguay advirtió del incremento del consumo problemático, “especialmente en adolescentes”.
“Lo que estamos viendo hoy es el resultado directo de políticas públicas irresponsables en materia de drogas y adicciones, impulsadas por gestiones anteriores”, apuntó.
Sostuvo que se “minimizó los riesgos, desinformó a la población y promovió de forma encubierta o explícita la normalización del consumo”.
Entiende que “es hora de dejar de mirar para otro lado, y abordar esto como lo que es: una emergencia sanitaria”.
Calificó como preocupante, que a veces organismos internacionales muestren más interés que buena parte de nuestra propia clase política.
Durante años se minimizó el impacto neurológico y psicológico del consumo. “Hoy sabemos que las campañas y los controles no alcanzan”, dijo.
Pidió equipos técnicos integrales, conformados por neurólogos, psiquiatras y trabajadores sociales capacitados porque el presente exige respuestas y el futuro demanda decisiones que pongan la salud mental como un pilar central de las políticas públicas.
Recordó que Maldonado “de la mano de Enrique Antía ya dio un paso importante con el Plan Piloto Integra dirigido por el Dr. Darío Pérez, que no solo aborda el problema desde lo social, sino que incorpora su dimensión médica y neurológica, con diagnóstico, seguimiento y acompañamiento real”.
Habló de un plan de trabajo que se llevó a cabo interinstitucionalmente que incluyó:
Prevención y promoción en salud (Educación Formal: Primaria y Educación Media Básica).
Implementación del Programa Familias Fuertes.
Otras Instituciones (Centros CAIF, los Baby Futbol, INAU)
Atención Directa (a Usuarios, descentralización, Familia y referentes afectivos).
Integración interinstitucional a través de capacitación a personal de la red de atención en drogas y el comienzo de la integración con las organizaciones civiles.
“Es un modelo que debe profundizarse y replicarse”, aseveró.
Contrapuso esta intervención con el accionar de la Junta Nacional de Drogas que “lleva seis meses sin una sola propuesta concreta”.
Agregó que los barrios sufren las consecuencias del narcotráfico, el deterioro cognitivo por consumo sostenido, las pérdidas por enfrentamientos de bandas más los daños colaterales que causan y el gobierno nacional permanece indiferente.
“No hay plan, no hay recursos y lo que es mas grave no hay voluntad”, concluyó.
Desde el gobierno departamental, el Intendente Abella estableció como prioridad trabajar junto a centros de salud, médicos, profesionales, ong, instituciones publicas y privadas e implementar un plan local priorizando la salud mental.
Explicó que se debe reforzar y motivar el trabajo con la red en base a prevención y capacitación, tratamiento y estrategias de inclusión social y laboral y usando equipos móviles de atención territorial.
Batista se comprometió “firmemente” a ser parte de la solución, para que la salud cerebral y emocional de nuestra gente sea protegida, tratada y cuidada.
Mencionó que “habla desde la certeza que con voluntad se puede revertir”.
La edil vive con más de 35 chicos con problemas de adicción y es responsable de 15 hogares donde conviven más de 150 uruguayos con consumo problemático.
Su interacción con estas personas resultó en la amistad con cientos que salieron adelante, recuperaron su dignidad, su familia y hoy son ciudadanos de bien.
Finalizó con la expectativa que Dios bendiga el accionar y “nos libre de mirar hacia otro lado”.